viernes, 9 de noviembre de 2012



TalCual · Lunes 22 de Octubre de 2012 · ARTES · 27

CIENCIA Y ARTE SE UNEN SOBRE LIENZOS
PARA DAR PASO A EXPRESIONES DE LIBERACIÓN


Revive la obra de José María Cruxent



La curadora Ruth Auerbach repuso el trabajo del creador que "devolvió a América su memoria arqueológica"

La pintura y la investigación se fusionaron en el haber plástico del extranjero que amó a Venezuela
ORIANA RAMÍREZ FIGALLO



José María Cruxent fue un gran personaje de la ciencia y del arte dedicado a un poco más que solo estudio. Entre materiales y vivencias, este hombre colocó su necesidad expresiva junto a la fuerza de la investigación que se derivaría luego en la arqueología más experimental. Así, se expone su obra curada desde el jueves 18 de octubre hasta el domingo 25 de noviembre en la sala TAC del Trasnocho Cultural.

La curadora Ruth Auerbach soñaba con reponer la obra del explorador acreditado internacionalmente como "el hombre que devolvió a América su memoria arqueológica". A esta ilusión se sumaron la Fundación J.M. Cruxent y las expectativas de la sucesión de Thea Segall, fotógrafa, colega, amiga del pintor, arqueóloga y documentadora de sus trabajos.

La impresionante obra del padre de la arqueología venezolana se encuentra ahora al alcance del público contemporáneo. Este catalán aventurero emprendió viajes hacia zonas guardadas en el olvido y el centro de su mundo se ubicó en Venezuela.

Siempre con su pipa en mano, exploró culturas indígenas y convivió con animales exóticos. Entre selvas y ríos se adentró a etnias que, con gran equilibrio biológico, eran capaces de enfrentar a la cavilación de ser necesario.

Durante sus recorridos, hubo años en los que la investigación acaparaba su total atención, abandonando obligatoriamente los lienzos. Sin embargo, el llamado artístico de Cruxent no dejaba de retumbar en su interior. El arte se manifestó en una naturaleza proveedora de elementos transmisores de emociones. A falta de óleos, la sangre animal y minerales fueron sustitutos.

Este fue el gran reto que mágicamente asumió Auerbach durante dos años. El resultado es percibido en obras que encienden el imaginario humano enviándolo a un universo de experiencias inmersas en la vivencia del artista.

El texto curatorial de Materia estética, Cruxent antológico revela que el artista plástico (1911-2005) "representa, de alguna manera, el espíritu del hombre moderno, el de las múltiples facetas, el de un temperamento complejo y exhaustivo, cuya orientación humanista lo llevó a desdibujar las rígidas fronteras que tradicionalmente se han establecido entre la ciencia, la investigación metodológica y el arte".

Antes de convertirse en pionero de contribuciones fundamentales a la arqueología venezolana, el artista llegó al país en 1939 huyendo de la dictadura fascista. Constatando, con el paso de tiempo, que "la auténtica obra de arte, como creación artificial que es, aniquila aunque transitoriamente, la obsesión de finalidad positivista y proporciona un sentimiento de alivio, de serenidad y liberación".

Este artista cruzó el puente desde la ciencia hasta el arte, recolectando en él tanta experiencia como pudiese experimentar. Décadas atrás diría el reconocido crítico de arte Juan Calzadilla, la obra de Cruxent "surge de un reclamo de acción orgánica, cada uno de sus cuadros cumple con una necesidad fisiológica apremiante, en ella se ponen en juego todas las tensiones nerviosas del cuerpo".


Fuente: TalCual. Caracas, Venezuela.